El interés compuesto la octava maravilla del mundo

El interés simple generado por el capital invertido será igual en todos los períodos de la inversión mientras la tasa de interés y el plazo no cambien. 

La diferencia entre el interés simple y compuesto es enorme. 

Es la diferencia entre lo lineal y lo exponencial. 

El interés compuesto en cambio, es la acumulación de intereses producidos por un capital inicial a una tasa de interés durante periodos de imposición de modo que los intereses que se obtienen al final de cada período de inversión no se retiran sino que se reinvierten o añaden al capital. 



En los primeros años, la influencia de la reinversión de las ganancias no es muy fuerte, pero en serios largas de muchos años, su influencia es enorme.

Se dice que un día le preguntaron a Albert Einstein cuál era la fuerza más poderosa del Universo, a lo que él respondió "el interés compuesto". El interés simple se refiere a los intereses que produce un capital inicial en un período de tiempo dado, el cual no se acumula al capital para producir los intereses del siguiente período. El interés simple generado por el capital invertido será igual en todos los períodos de la inversión mientras la tasa de interés y el plazo no cambien.

La diferencia entre el interés simple y compuesto es enorme. Es la diferencia entre lo lineal y lo exponencial.

El interés compuesto en cambio, es la acumulación de intereses producidos por un capital inicial a una tasa de interés durante periodos de imposición de modo que los intereses que se obtienen al final de cada período de inversión no se retiran sino que se reinvierten o añaden al capital. En los primeros años, la influencia de la reinversión de las ganancias no es muy fuerte, pero en serios largas de muchos años, su influencia es enorme.

La fabula del rey, el grano y el tablero del ajedrez

Cuando era un niño leí la famosa fábula del rey, el grano y el tablero de ajedrez, que seguramente me influyó para aprender unos años después a jugar al ajedrez, aunque desgraciadamente, tardé muchos más años en recordar y dar la importancia que se merece al concepto del interés compuesto.  

Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo reinaba en cierta parte de la India un rey llamado Sheram. En una de las batallas en las que participó su ejército perdió a su hijo, y eso le dejó profundamente consternado. Nada de lo que le ofrecían sus súbditos lograba alegrarle. 

Un buen día un tal Sissa se presentó en su corte y pidió audiencia. El rey la aceptó y Sissa le presentó un juego que, aseguró, conseguiría divertirle y alegrarle de nuevo: el ajedrez. Después de explicarle las reglas y entregarle un tablero con sus piezas el rey comenzó a jugar y se sintió maravillado: jugó y jugó y su pena desapareció en gran parte. Sissa lo había conseguido. Sheram, agradecido por tan preciado regalo, le dijo a Sissa que como recompensa pidiera lo que deseara.

Sissa, quiero recompensarte dignamente por el ingenioso juego que has inventado, dijo el rey. Soberano, dijo Sissa, manda que me entreguen un grano de trigo por la primera casilla del tablero del ajedrez. ¿Un simple grano de trigo?, contestó admirado el rey. Sí, soberano. Por la segunda casilla, ordena que me den dos granos; por la tercera, 4; por la cuarta, 8; por la quinta, 16; por la sexta, 32...

Basta, le interrumpió irritado el rey. Recibirás el trigo correspondiente a las 64 casillas del tablero de acuerdo con tu deseo: por cada casilla doble cantidad que por la precedente. Pero has de saber que tu petición es indigna de mi generosidad. Al pedirme tan mísera recompensa, menosprecias, irreverente, mi benevolencia. En verdad que, como sabio que eres, deberías haber dado mayor prueba de respeto ante la bondad de tu soberano. Retírate. Mis servidores te sacarán un saco con el trigo que solicitas.

Durante la comida, el rey se acordó del inventor del ajedrez y envió a que se enteraran de si habían ya entregado al irreflexivo Sissa su mezquina recompensa.

Soberano, están cumpliendo tu orden, fue la respuesta. Los matemáticos de la corte calculan el número de granos que le corresponde. Por la noche, al retirarse a descansar, el rey preguntó de nuevo cuánto tiempo hacía que Sissa había abandonado el palacio con su saco de trigo. Soberano, le contestaron, tus matemáticos trabajan sin descanso y esperan terminar los cálculos al amanecer.

¿Por qué va tan despacio este asunto?, gritó iracundo el rey. Que mañana, antes de que me despierte, hayan entregado a Sissa hasta el último grano de trigo. No acostumbro a dar dos veces una misma orden. Por la mañana comunicaron al rey que el matemático mayor de la corte solicitaba audiencia para presentarle un informe muy importante. Antes de comenzar tu informe, le dijo Sheram, quiero saber si se ha entregado por fin a Sissa la mísera recompensa que ha solicitado.

Precisamente por eso me he atrevido a presentarme tan temprano, contestó el anciano. Hemos calculado escrupulosamente la cantidad total de granos que desea recibir Sissa. Resulta una cifra tan enorme... Sea cual fuere su magnitud, le interrumpió con altivez el rey, mis graneros no empobrecerán. He prometido darle esa recompensa, y por lo tanto, hay que entregársela.

Soberano, no depende de tu voluntad el cumplir semejante deseo. En todos tus graneros no existe la cantidad de trigo que exige Sissa. Tampoco existe en los graneros de todo el reino. Hasta los graneros del mundo entero son insuficientes. El rey escuchaba lleno de asombro las palabras del anciano sabio.

Dime cuál es esa cifra tan monstruosa, dijo reflexionando. ¡Oh, soberano! Dieciocho trillones cuatrocientos cuarenta y seis mil setecientos cuarenta y cuatro billones setenta y tres mil setecientos nueve millones quinientos cincuenta y un mil seiscientos quince.

Otro ejemplo que se pone sobre la diferencia de pensar en lineal o en exponencial y como nuestra mente piensa en línea y nos cuesta imaginar los resultados cuando los crecimientos son exponenciales, es el juego de doblar un papel y que tamaño alcanzaría si pudiéramos doblar un papel 42 veces (el récord que se ha logrado de pieles sobre una hoja de papel es 12 veces). El papel con 42 pliegues alcanzaría un grosor similar a la distancia entre la Tierra y la Luna.

Pongamos por ejemplo la inversión siguiente: 1.000 (en moneda que prefiera) como capital inicial y un tipo de interés del 8% durante 10 años, los resultados por cada año son como sigue a continuación:

Año 1

10.000 x (1 0.08) = 10.800

Año 2

10.800 x (1 0.08) = 11.664

Año 3

11.664 x (1 0.08) = 12597

Año 4

12597 x (1 0.08) = 13604

Año 5

13604 x (1 0.08) = 14693

Año 6

14693 x (1 0,08) = 15869

Año 7

15869 x (1 0,08) = 17138

Año 8

17138 x (1 0,08) = 18509

Año 9

18509 x (1 0,08) = 19990

Año 10

19990 x (1 0,08) = 21589

Cuantos más años pasan, más importante es el crecimiento y el peso del interés compuesto. De ahí que sea vital empezar cuanto antes y aplicarlo a largo plazo.

 

La fortuna de Warren Buffett es un ejemplo conocido que no se entendería sin el interés compuesto. A pesar de que empezó a invertir con 11 años, declaró que se arrepiente de no haber empezado antes, ya que cada año que pasa la acción del interés compuesto se vuelve más potente. 



Warren Buffett se ha hecho multimillonario y en la actualidad es la tercera persona más rica del mundo según Forbes, obteniendo una rentabilidad del 20% al año (una rentabilidad muy alta, pero que era muy superior en sus inicios, ya que ha ido bajando, según crecía exponencialmente su capital y por tanto disminuía su universo de inversión). Obviamente cabe destacar que no ha sido nada fácil ya que el mismo Warren ha tenido que sufrir bruscas caídas a lo largo de su carrera, incluso alcanzando el 80% en algunos valores... y aguantar.

Ganar a largo plazo con gestión activa es difícil e incluso ganar a largo plazo haciendo gestión pasiva y permitiendo que actúe el interés compuesto, es muy duro psicológicamente, ya que el mercado tiene ciclos y en los ciclos bajistas, los mercados pueden bajar entre un 40% y 60% antes de continuar las alzas. Si decidimos hacer inversión activa a largo plazo es importante por tanto la gestión del riesgo, la diversificación y saber elegir las acciones correctas. 

Aplicación en inversión en acciones a largo plazo

Le voy a poner un ejemplo de una inversión de largo plazo en la que el precio de la acción evoluciona de forma muy satisfactoria: Imagine que compra 10.000 títulos de una acción que cotiza a 1 euro. Es decir invierte 10.000€.  Ahora imaginemos que sube a 2 euros. Nuestra inversión vale 20.000 euros. Como el valor no rompe la sucesión de mínimos crecientes y sigue subiendo, seguimos la tendencia y llega el momento donde el valor pasados unos años, llega a 10 euros. Nuestra inversión vale 100.000€ Es una rentabilidad del 900%.

Imaginemos que el valor sube un euro más a 11. La subida de un euro más desde los 10 a los 11 euros, es una subida del 10%, pero a nosotros nos supondrá una subida de otro 100% extra sobre el capital invertido en esa estrategia, y pasaríamos de ganar un 900% a un 1.000%. Aquí se puede entender la potencial del interés compuesto y de dejar correr grandes tendencias. Esto lo podemos conseguir captando grandes tendencias y dejando correr los beneficios. El interés compuesto es una de las razones por los que cortar pérdidas y dejar correr beneficios es una estrategia ganadora a largo plazo.

Este ejemplo invirtiendo a largo plazo no es ninguna locura, Amazon cotizaba (ajustando dividendos/ampliaciones y splits) a 7 dólares en el año 2001 y hoy cotiza a casi 1700 dólares. Apple cotizaba a 1,20 dólares en el año 2003 y ahora cotiza cerca de los 185 dólares. Monster cotizaba a 0,06 dólares en el año 2001 y ahora cotiza a 57 dólares o Netflix que cotizaba a menos de 8 dólares en 2012 y ahora cotiza a casi 400 dólares.

Y no solo pasa en EEUU, tenemos valores en tendencias alcistas de largo plazo en acciones europeas: Airbus cotizaba a menos de 8 euros en el año 2009 y hoy cotiza a casi 100 euros, Safran cotizaba a menos de 6 euros en 2009 y hoy cotiza a 103 euros . Y también en España: Viscofán cotizaba a 3 euros en el año 2001 y hoy cotiza en 59 euros. CAF cotizaba a 1,30 euros en el año 2001 y hoy cotiza a 41 euros. Obviamente no será fácil encontrar y aprovechar diamantes de este calibre, pero con solo aprovechar algunos de ellos y dejar correr la tendencia, el beneficio de una sola gran estrategia de largo plazo, puede pagar decenas de stops.

Es muy interesante el uso de calculadoras de interés compuesto, para hacer planes de jubilación o de logro de la independencia financiera, con la que necesitamos saber cuales son nuestros ahorros o capital inicial, si podemos hacer inversiones periódicas (con lo que aceleraremos y ayudaremos a potencial la magia del interés compuesto) y cual será aproximadamente la tasa de rentabilidad a largo plazo que podríamos lograr de nuestro capital a largo plazo. Es importante en este ejercicio de hipótesis de futuro tener expectativas realistas y ser honesto con uno mismo.